Nuria Marín Aroca

Una noche como hoy, hace unos meses, estaba decidiendo si solicitar la beca erasmus o no. Me habían hablado muy bien sobre esta experiencia, pero como siempre, todo tiene sus cosas buenas y malas, y eso es lo que te hace debatir para dar el gran paso. Tras mucho pensar, preguntar e informarme, un día antes de cerrar el plazo para poder inscribirme, di el paso y solicité la beca, y sí, finalmente, meses después aquí estoy, escribiendo en este blog un 11 de marzo de 2023 en mi habitación de Malta.

Tan solo hace una semana que llegué a esta pequeña isla y solo puedo decir cosas buenas de ella, y a la vez del Erasmus, ya que sin ello no estaría hoy aquí.

Mis primeros días los dediqué a recorrer la isla y a visitar algunos de sus rincones, no todos, porque 3 meses aquí dan para mucho, o eso espero (ya os contaré)… A día de hoy me quedo con Gozo, ha sido lo que más me ha gustado, aunque las calles de Valletta, también tienen su encanto.
Con tan solo esos primeros días me di cuenta como es la gente aquí en Malta, y puedo decir que nunca antes había conocido a gente tan buena, amable y altruista. Sin conocerte de nada te ayudan en todo lo que necesites, te agradecen todo lo que hagan y te acogen de una manera increíble.

En estos días solo pensaba en que llegara el 8 de marzo, el día que empezaba las prácticas aquí en Malta de Educación infantil, y como es normal los nervios siempre estaban presentes. Lo que más me preocupaba era el idioma, la curiosidad de saber si iba a poder establecer una conversación con ellos, ya que aquí se habla maltés o inglés.

Y por fin, llegó el ansiado momento que todo estudiante piensa nada más empezar el curso, hacer las prácticas de lo que más te gusta y a lo que te vas a dedicar toda tu vida. Sí, no os voy a mentir, alguna lágrima se me cayó mientras iba de camino.
Ya son tres días los que he estado en la Escuela Infantil y todas mis expectativas no se han cumplido si no que se han superado. Las directoras del centro y las educadoras infantiles han estado conmigo desde el primer momento y me ayudan en todo lo que necesito. Como he dicho anteriormente lo que peor llevaba era el tema del idioma, y me ha sorprendido para bien ya que con un nivel básico puedes mantener perfectamente una conversación y entenderte con ellas, y además si algo no sabes decir ellas te ayudan a decirlo y cualquier duda que tengas te la resuelven sin problema. Con tan solo tres días he aprendido muchísimo inglés (no me quiero imaginar cuando acabe después de tres meses). El maltés es algo que a día de hoy veo un poco imposible, pero al menos ya sé decirle a mis niños ´´Hola´´, ´´toma el chupete´´, ´´siéntate´´, y ´´vamos a cambiar el pañal´´. Poco a poco.

Bueno y como no, dicen que Malta es el país de la fiesta, y como buena estudiante de erasmus en prácticas, ayer viernes salí a comprobar si eso era verdad. Y sí, lo confirmo, en la primera noche conocí a más personas que habitantes tiene mi pueblo… Lo más bonito de todo esto es que conoces a gente de todo el mundo, y lo que más ilusión hace es cuando conocen de donde eres e incluso han estado en ese sitio.

Y para finalizar he de decir que el clima de aquí es increíble, siempre está soleado, y ya me veo dentro de un mes bañándome en la playa… quién sabe (os lo contaré también).
Bueno, también he de decir que echo mucho de menos a mi familia y amigos ya que nunca antes me había separado de ellos tanto tiempo, y que durante esta semana ya me he dado cuenta que tienes que crear un buen vínculo con tus compañeros de piso, y con la gente que vas conociendo, ya que es lo único que vas a tener cerca y va a acabar siendo tu familia. Algunas noches suelen hacerse un poco cuesta arriba y en estos momentos me aferro a mis compañeras de piso.

Tengo muy buenas expectativas de esta experiencia, y de momento se me están cumpliendo todas. Espero que al finalizar estos meses siga así…
¡Hasta dentro de tres meses!