Por Rosa Inmaculada Hurtado Ojeda

Si estás pensando en escoger Malta como país de destino para tu movilidad Erasmus, no lo dudes y hazlo. No puedo resumir en pocas palabras la gran experiencia que he vivido durante estos tres meses. He realizado las prácticas en una escuela infantil muy acogedora y flexible, siempre han estado atentos a mi comodidad y al tanto de brindarme ayuda en todo lo que necesitaba durante mi desplazamiento. Tal ha sido la comodidad que he sentido que, al ofrecerme seguir trabajando allí tras la movilidad he aceptado estar todo el verano con ellos formalmente como educadora contratada.
En estos tres meses he creado grandes lazos de amistad con personas de diferente nacionalidad, cultura, edad… pero todos teníamos en común una cosa, las ganas de descubrir mundo mientras nos defendíamos en un país distinto al nuestro con dos idiomas diferentes. El inglés ha priorizado como lengua durante toda mi estancia, pero cierto es, que entre malteses día tras día, acabas aprendiendo un poquito de su idioma. Ha sido una experiencia muy divertida, tanto trabajando con la escuela infantil como visitando la isla activando el modo turista.

Creo que Malta es el destino perfecto por el acogimiento que recibes por parte de su población. Siempre intentan que todo extranjero que esté en Malta, sea para un largo o corto periodo, lo pase lo mejor posible y disfrute de todos y cada uno de los rincones de esta maravillosa isla. También es un país con muchísimas actividades turísticas y, como en todos sitios, si sabes buscar bien, las encontrarás a buen precio. No ha habido un solo día que no hiciese con mis amigos un plan improvisado, bien acabando en la otra punta de la isla buscando un mercadillo antiguo con un chófer que ha llevado a la mismísima Lady Gaga al hospital, o bien viendo el atardecer en un acantilado a unos 300 metros de altitud mientras nos deleitábamos con el sabor de la comida india que acabábamos de comprar.
Por lo tanto, si te encanta visitar pequeños pueblos antiguos de mil historias, playas de aguas cristalinas, parques idénticos a la antigua Grecia, atardeceres de oro, paseos en barquita de madera a través de cuevas, submarinismo, lectura de poesía inglesa al aire libre, mercadillos en cascos antiguos, etc… ¡haz las maletas porque Malta te espera!.