¡Muy buenas! Ya sí que escribo para despedirme y aunque ya he ido contando, junto con Ángela, todos los viajes y experiencias que hemos vivido… hoy voy a comentaros un poquito mi experiencia personal acerca de mi Erasmus+.

Para ello voy a dividir un poco la entrada en:

  • Las actividades que he realizado en la empresa donde he realizado mis prácticas FCT;
  • Dónde me alojaba (cómo era mi alojamiento);
  • La rutina que tenía;
  • El tipo de comida que tomaba;
  • Y lo que me hubiera gustado encontrar en el blog antes de adentrarme en esta aventura.

(Espero que todo esto os sirva de ayuda y que… ¡no sea demasiado rollo!)

  • Apoyo en la higiene.

En este ámbito se trataba de ayudar a aquellas personas que podían realizar las tareas, como lavarse los dientes a hacerlo, o hacer esta tarea de forma asistencial a aquellos que no tenían la capacidad para hacerlo solos.

También hacemos referencia a tareas de acompañamiento al baño, higiene corporal, cambio de vestimenta cuando esta estaba sucia, etc.

  • Apoyo en la alimentación.

Al igual que se realizaba el apoyo en la higiene, también se realizaba en las comidas. Dependía del nivel de autonomía de los usuarios que realizaras unas u otras tareas, como facilitar los cubiertos, partir la comida o proporcionar la comida en la boca.

  • Apoyo psicosocial.

Personalmente, este apoyo tiene casi la misma importancia que el resto de ayudas. Ya que en muchas ocasiones los usuarios con los que estés solo necesitarán ser escuchados o al menos, sentirse escuchados. Este apoyo lo he realizado día a día con el simple hecho de preguntar «¿cómo estás? o ¿qué tal el día?».

  • Apoyo en la movilidad.

Una de las actividades que realizaba continuamente era trasladar a los usuarios de un lugar a otro, o bien ayudarlos a ir de un lugar a otro. Ya fuera proporcionando ayudas técnicas como muletas, ofreciendo mi cuerpo como apoyo o trasladando la silla de ruedas.

¡TODO UN LUJAZO!

Aunque no caímos con muy buen pie en nuestra ciudad… finalmente sí que caímos en un buen lugar donde pasaríamos tres maravillosos meses. Pero… ¿y si tú quieres venir a conocer nuestra ciudad? ¿Dónde te quedarías? Pues yo te comento dónde me alojé y ya tú decides…

Nosotras nos alojamos en Residencial 41 durante toda nuestra estancia y no pudimos estar mejor, y encima ¡en pleno centro de la ciudad! Desde casa podíamos ir a cualquier lugar de la ciudad andando, estaba todo súper cerca. Por ejemplo, teníamos los supermercados a unos 5 minutos (depende de cuál eligieras), el centro de la ciudad a 6 minutos, el río a 10 minutos, el castillo a 8, la estación de tren a 13 y la de bus a 15. ¿Así quién iba a estar recogido en casa?

  1. Trabajar;
  2. Realizar tareas relacionadas con el Erasmus+ (hojas semanales y memoria de las prácticas);
  3. Comprar;
  4. Pasear;
  5. Organizar viajes;
  6. ¡Aprovechar la ciudad! Y ¿cómo? Pues yendo a su famosísimo mercado jueves sí y jueves casi que también, disfrutando de sus fiestas, y ¡cómo no! También de sus deportes, había que verlo todo todito todo.

Ya sea porque me gusta todo tipo de comida o porque me gusta probar todas las comidas típicas allá donde voy… puedo decir que en Barcelos… ¡no te quedas con hambre! Madre mía la cantidad de comida que te ponen, y ¡qué precios! (Muy muy económicos).

Es muy típico comenzar a comer con un plato de sopa, en lugar de una ensalada como suele ocurrir en España (al menos en Murcia). Además cuando pides un plato, posiblemente pienses que te van a poner la carne (si has pedido carne) o el pescado (si has pedido pescadete) y ya está. Pues no, andas muy equivocado. Junto con tu carne o pescado de encontrarás: ensalada, arroz blanco, judías y patatas fritas. Yo, a día de hoy, ¡sigo sin entender cómo cabe tanta comida en un mismo plato! (Bueno, es que a veces ¡ni cabe!)

Aquí os dejo un ejemplo de lo que digo:

Principalmente… creo que me hubieran gustado saber tres cosas antes de irme:

1. Dónde buscar los trenes y autobuses

Cierto es que una vez dentro no es muy difícil, pero vernos con mil y una páginas abiertas y tirándonos de los pelos… era más que gracioso. Aún así… ¡sobrevivimos!

2. ¡Que el mercado es hiper baratísimo!

Aquello de verdad que es una auténtica locura, pierdes la cabeza en cada una de sus calles.

3. ¡Un gimnasio!

En verdad esto es por quejarme porque vamos, la comida me la zampaba bien a gusto. ¡A ver quién se resiste a esos platazos!

En fin Serafín…

Que esto se acabó y me gustaría deciros a todos y todas los/as que decidáis iros de Erasmus que… es una experiencia increíble. Es cierto que no es lo mismo irse solo que acompañado, aún así os animo a que lo hagáis y lo experimentéis. ¡Disfrutad de cada momento! Porque el tiempo pasa más que rápido y luego llegan los llantos por lo haber hecho mil y una cosa…

¡Arrepiéntete de lo que has hecho y no de lo que has dejado por hacer!